Salta, Argentina con los voluntarios |
Mi experiencia fue gracias a
CEIPES como organización coordinadora del proyecto y la Concejalía de Juventud
de Murcia (España), a través del Programa Proyectos Europeos e Intercambios
Juveniles de mi ciudad, como
supervisores de mi estancia. Todo empezó cuando encontré un llamamiento de
voluntarios en las redes sociales, tras lo cual busqué información y redacté
una carta de motivación, que junto mi currículum y mi experiencia trabajando con
niños y jóvenes me permitieron ser partícipe de un proyecto que no olvidaré
nunca.
Cierre del Modelo Regional de las Naciones Unidas |
Argentina siempre había sido un
país que despertaba mi curiosidad, quizás por la proximidad histórica y
cultural y porque era la posibilidad de viajar a Latinoamérica y conocer otro
continente. Imaginaba que sería un acontecimiento importante para mí tras
terminar mis estudios pero no sabía que gracias a ello me conocería mucho más a
mí misma y me motivaría tanto para seguir con mi carrera profesional.
Mis meses en Mendoza, la tierra
de la luz y el vino en la falda de la cordillera andina, fueron geniales en
muchos aspectos. Por un lado por la autonomía e independencia que uno gana
cuando viaja solo, convertirse en ciudadano y no quedarse en simple turista,
compartiendo las costumbres, los modos y las expresiones del lugar. Poder construir
una nueva vida con nuevas personas trabajando en equipo para llevar adelante
proyectos con un objetivo común: despertar la conciencia ciudadana entre los
más jóvenes.
OAJNU fue para mí una gran
familia que poco a poco me enseñó los diversos proyectos en los que trabajaban.
Recuerdo nuestros encuentros en cafés de la ciudad para hablar con los
distintos coordinadores sobre los objetivos, los modos de acción, fechas y
lugares para prepararlo todo. Tuve como compañera inseparable a Josine van
Kesteren, una chica holandesa que ya había trabajado para otras organizaciones.
Aprendí mucho de ellos sobre planificación, coordinación y ejecución de
proyectos. Un aspecto importante fue la comunicación, pues era la rama que más
me interesaba. Nos mostraron todos los canales de formación e información, uso
de redes sociales, boletines internos para nutrir a la organización de nuevos
frentes donde OAJNU podía estar presente para poner su granito de arena, además
de las campañas de concienciación para dar a conocer la ONG entre los
ciudadanos de Mendoza.
El proyecto al que le tengo más
cariño fue La Biblioteca Viviente que junto con Rodrigo Paris y Josine llevamos
a cabo en un café cultural de la ciudad y que tuvo bastante acogida. Se trató
de reunir una serie de personas que plasmarían en un catálogo un breve resumen
de ciertos aspectos de su vida que querían transmitir al público, los cuales
tenían el papel de lectores de nuestra biblioteca. El proyecto llegó a los
medios y convencimos a la concejalía de cultura de Mendoza para llevarlo a la
Feria del Libro, donde lo llevamos a cabo durante 3 semanas.
Pero mi experiencia no solo fue
trabajar con OAJNU, sino que me dio la oportunidad de vivir con una familia
estupenda de los que aprendí muchísimo acerca del día a día de los argentinos,
sus hijos fueron mis hermanos con los que conocí sus aficiones, sus viajes, el
amor a la música y el folclore cuyano, la comida, la historia y la política del
país. Josine y yo viajamos a Chile, Valparaíso, Buenos Aires y el norte
argentino donde coincidimos con los chicos de la sede de OAJNU Salta y donde
nos reencontramos con nuestros compañeros voluntarios, el italiano Mario Paciolla
y Manon Jaccard de Francia. Uno de los recuerdos más bonitos fue cuando
nos trasladamos a un barrio humilde de las afueras de Salta con los voluntarios
y los chicos de la sede para participar en un grupo de teatro improvisado donde
niños y adultos pasamos una tarde realmente inolvidable.
Grupo de teatro improvisado con OAJNU Salta |
El servicio de voluntariado europeo
es una oportunidad que todos los jóvenes deberíamos aprovechar, y me siento muy
orgullosa de que mi ciudad me abriera este camino para vivir una aventura como la
fue mi viaje, sin duda una de las experiencias más bonitas que habré vivido,
porque cuando uno mira hacia atrás se ve un poquito más alto, más sabio y más
cerca de lo que uno quiere ser en la vida, la cima de la gran montaña.